domingo, julio 30

¡Basta ya!

Unos días atrás escribí a partir del impacto que me provocó leer en un periodico el balance de una sola jornada de combate (la décima), en el sur del Líbano: ¡50 víctimas civiles y muchos de ellos niños!. Hasta ese momento se hablaba de alrededor de 300 muertos...
La estupidez, la intolerancia, la barbarie, la insensatez, una vez más decidiendo la historia, segando cientos de vidas no sólo inocentes sino 300 veces más dignas, 300 veces superiores a cualquier demanda política, territorial o lo que sea... Da lo mismo, la excusa con la que los carniceros pretenden justificar lo injustificable.
Hoy, las noticias me despiertan con un remezón semejante al de aquel día.
Tras la ventana brilla el sol, pero en mi corazón pesa un manto oscuro que presagia lluvia...

sábado, julio 29

Es necesario irse a otro lugar


Es necesario irse a otro lugar
cuando se borran los contornos de la risa.
Recrear un presente cambiarse de vestido
salir de alguna historia
inaugurar un sueño.
Es necesario descubrirse la cara
mirarse sin volver al límite del aire.
Volar hacia otros mundos
que inciten a mezclar sabores ya perdidos.
Es necesario limpiarse los zapatos
estirar el mantel servirse de la copa
donde madura el beso.
Irse de vez en cuando
irse lejos de este renglón
y hallar la piedra suave
para escribir bajo el torrente de agua
la palabra más bella.
(© Silsh) Silvia Spinazzola

jueves, julio 27

Amor y muerte

Memoria, R. Magritte
Paradojicamente,la muerte es la única certeza que indefectiblemente acompaña nuestra vida, desde el instante mismo de su inicio: el nacimiento.
Esto que, dicho así, parece un mal chiste por lo burdo de su evidencia, es una certeza que, pese a su obviedad, rehuímos. Poco hablamos de la muerte, como de la soledad, porque les tememos y porque en un intento simplón pretendemos que callándolas podremos
mantenerlas a raya...
Sin embargo, hay momentos en que la muerte parece
desplegar un morboso manto de seducción...
Así como la realización del amor, en su completud máxima: el amor correspondido, logra del modo más eficiente ahuyentar a la muerte, oponiendole un poder y una fuerza semejante a la suya o, tal vez mayor, porque es un poder iluminado desde la fe: los amantes sienten que su mutuo amor los hace invulnerables, resistentes al mal (sea cual sea la forma que este pudiera adoptar). Consecuentemente, la separación, el desamor, la soledad, los vovería, otra vez, permeables a todos los males, fragiles y proclives a dejarse seducir por la muerte, como salida frente al dolor. La muerte puede llegar a representar una esperanza en medio de la desesperanza. Y, súbitamente, quedar desnuda de toda esa carga de oscuridad amenazante y destructora con que la vestimos en condiciones normales. La muerte en este escenario atrae y seduce.
En la tragedia del sueño amoroso, aparece como sublimación de un amor que ya es imposible de realizar. En el fondo, la muerte otorgaría un sentido de eternidad al amor que, por esencia y por realidad, es finito (y que suele acabar de modo prematuro para uno de los dos amantes; con demasiada frecuencia la promesa de "amarse para siempre", que surge en un momento de extasis amoroso, se rompe con dramática celeridad).
En la muerte escogida, el suicidio, el amante abandonado da la espalda a la soledad y lanza un grito impaciente desde su amor desdeñado. La agresión de no ser amado (a), se consume de modo definitivo no permitiendo que el amante/agresor se haga presente nunca más.

"Lo que hay de insensatez en el amor es que se desea acelerar y perder los días de espera. De este modo, en uno de sus aspectos, el amor coincide con la muerte". A. Camus

martes, julio 25

Mis paredes, mi calma y mi vigilia

La melancolía, A. Durero

El recinto y el tiempo de estar en mí, conmigo.
A salvo, finalmente.
Completamente a salvo
del dolor, la razón y el consuelo.
Sin temblor. Sin temor.
Sin atender a nada. Sin aguardar siquiera
a que suceda algo.
Obediente cautivo que enebra sus jazmines
en insistentes cifras cada noche,
que en su ábaco ordena las estrellas,
así yo voy limando bayonetas y heridas
de rencores y lágrimas.
Porque ya nada importa.
Mientras tanto, las sirenas, gimiendo,
cruzan las avenidas,
el ámbar parpadea en las encrucijadas,

y, en húmedas alcobas, la soledad tantea,
se desliza por el empapelado
y abarquilla sus bordes.
Sacudo la tristeza que espolvorea mis sábanas
de rabia y de alfileres.
Precinto con silencio la derrota.
No me rindo. No entrego:
simplemente, abandono.
Me oculto en el olvido como en un hondo aljibe
al margen de la estrella, el jazmín y la lágrima.


Ana Rossetti

domingo, julio 23

Deseo y sufrimiento


El gran masturbador, S. Dalí

Deseo, movimiento enérgico de la voluntad hacia el conocimiento, posesión o disfrute de una cosa. Esa ansiedad que recorre toda la experiencia humana aparece materializada en las más variadas y disímiles realidades: desde el apetito mas básico hasta el ansia de trascender.
En el budismo encontramos el deseo como fundamento de las "cuatro nobles verdades: el sufrimiento es universal y la causa de todo sufrimiento es el deseo, cuya satisfacción engendra nuevos deseos... El único camino es su aniquilación, no permitir que se adueñe de nosotros, no concederle sitio alguno en el alma porque mientras haya deseo no habrá nirvana. Entre los griegos, los epicúreos, plantearon que el ideal del sabio giraba en torno a la ausencia de inquietud y de dolor, el hombre sereno, dueño de sí mismo, sin ambiciones. Y la mitología, simbolizó en Tántalo la persecución eterna del deseo inalcanzable (tiene sed y no consigue beber el agua que se le escapa y desaparece bajo sus pies; las jugosas frutas de los arboles que lo rodean, el viento se las lleva lejos de sus manos. Tántalo sabe que su deseo insatisfecho, como tortura infernal, lo acompañará por toda la eternidad, pero aún así no puede dejar de intentar una y otra vez coger el agua y las frutas huidizas).
Mucho más cerca en el tiempo, J. P. Sartre, lo ejemplificaba en el amor y el deseo sexual. Esa imposible búsqueda de otro ser humano que nos acompañe y nos complemente está destinada al fracaso, porque al querer a otro (a) pretenderemos apoderarnos de él (ella), y al privarlo (a) de su libertad lo (a) despojamos de su subjetividad, lo convertimos en un objeto nuestro, de modo que no podemos construir un "nosotros". También en el amor permanecemos solos y es, este, un eterno deseo insatisfecho, una "pasión inutil".







sábado, julio 22

Cuéntame como vives (como vas muriendo)

O. Guayasamín

Cuéntame cómo vives;
dime sencillamente como pasan tus días,
tus lentísimos odios, tus pólvoras alegres
y las confusas olas que te llevan perdido
en la cambiante espuma de un blancor imprevisto.
Cuéntame cómo vives.
Ven a mí, cara a cara;
dime tus mentiras (las mías son peores),
tus resentimientos (yo también los padezco),
y ese estúpido orgullo (puedo comprenderte)
Cuéntame como mueres.

Nada tuyo es secreto:
la náusea del vacío (o el placer, es lo mismo);
la locura imprevista de algún instante vivo;
la esperanza que ahonda tercamente el vacío.
Cuéntame cómo mueres,
cómo renuncias -sabio-,
cómo -frívolo- brillas, de puro fugitivo,
cómo acabas en nada
y me enseñas, es claro, a quedarme tranquilo.

Gabriel Celaya.

viernes, julio 21

¿Ser o no ser?


El grito, E. Munch

Leyendo una nota de prensa que da cuenta de ¡50 civiles muertos en una sola jornada! al sur del Líbano, en el más reciente bastión de la vergüenza, allí donde en estos días se escenifican la estupidez y la barbarie, con la tristeza pegada al corazón como una enfermedad, he recordado al ilustre Principe de Dinamarca...
Hamlet, el que no puede estar tranquilo percibiendo el mal a su alrededor, flotando, rondándolo, como un espectro oscuro y desquiciante. Hamlet, el gran moralizador a partir de sus propias intuiciones y experiencias. Hamlet, el personaje en cuya voz, Shakespeare, hace florecer esas reflexiones impresionantes por su lucidez y permanente vigencia.
Probablemente sea el individuo literario con el que nos sentimos más conectados y del que más nos acordamos. ¿Quién no se ha sentido movido por la melancolía de pensar las desventuras propias o ajenas?, ¿quién no ha conocido las pequeñeces de la injusticia y el desprecio de los indignos?, ¿quién no ha experimentado el punzante dolor de un amor desdeñado que empieza o acaba marchitando sus
esperanzas?, ¿quién no ha dimensionado el abismo entre su ínfima existencia y el universo infinito?, ¿quién no ha sentido tanta amargura en el alma como para ser indiferente a las consecuencias de sus actos?, ¿quién no ha permanecido tan desconcertado e indeciso hasta que la ocasión de actuar ya está perdida?. Porque Hamlet es él y somos todos, los giros de su mente logran al mismo tiempo empozar las inquietudes existenciales de los seres humanos y transferirlas al bagaje de la humanidad. Lo que le sucede y lo que elucubra lo podemos aplicar a nosotros mismos, no es un héroe sino apenas un magnífico aprendiz alerta frente al azar; su fortaleza está en la reflexión no en la acción.

"...¿Qué es el hombre si fundara su felicidad y empleara su tiempo tan sólo en dormir y alimentarse?. Una bestia nada más. seguramente, aquel que nos creó dotados de una comprensión tan vasta para contemplar el pasado y el futuro no nos dio esa facultad y entendimiento divino para que se enmoheciera sin usarla. Pues bien, ya sea a causa del torpe olvido o del tímido escrúpulo de pensar en los resultados de la acción, pensamiento que, de sus cuatro partes posee una de prudencia y tres de cobardía, el hecho es que todavía no sé por qué todavía estoy vivo para decir "así debe hacerse", si tengo motivos, voluntad, fuerza y medios para llevarlo a cabo. Ejemplos innumerables como la tierra me estimulan..." Hamlet, W. Shakespeare

jueves, julio 20

La muerte, el amor, la vida

R. Matta
Creí que me rompería lo inmenso lo profundo
Con mi pena desnuda sin contacto sin eco
Me tendí en mi prisión de puertas vírgenes
Como un muerto sensato que había sabido morir
Un muerto coronado sólo de su nada
Me tendí sobre las olas absurdas del verano
Absorbido por amor a la ceniza
La soledad me pareció más viva que la sangre.
Quería desunir la vida
Quería compartir la muerte con la muerte
Entregar mi corazón vacío a la vida
Borrarlo todo que no hubiera ni vidrio ni vaho
Nada delante nada detrás nada entero
Había eliminado el hielo de las manos juntas
Había eliminado la osamenta invernal
Del voto de vivir que se anula.
Tú viniste y se reanimó el fuego
Cedió la sombra el frío aquí abajo se llenó de estrellas
Y se cubrió la tierra
De tu carne clara y me sentí ligero
Viniste la soledad fue vencida
Tuve una guía sobre la tierra y supe
Dirigirme me sabía sin medida
Adelantaba ganaba tierra y espacio.
Iba hacia iba sin fin hacia la luz
La vida tenía un cuerpo la esperanza tendía sus velas
Provisora de miradas confiadas para el alba
De la noche surgía una cascada de sueños.
Los rayos de tus brazos entreabrían la niebla
El primer rocío humedecía tu boca
Deslumbrando reposo remplazaba el cansancio
Yo amaba el amor como en mis primeros días.
Los campos están labrados las fábricas resplandecen
Y el trigo hace su nido en una enorme marea
Las mieses la vendimia tienen muchos testigos
Nada es singular ni simple
El mar está en los ojos del cielo o de la noche
El bosque da a los árboles seguridad
Y los muros de las casas tienen una piel común
Los caminos siempre se encuentran

Paul Eluard

miércoles, julio 19

¡Viva la vida!


"Y sin embargo, aunque cada uno trate de escapar de sí mismo como de una prisión que lo encierra en su odio, hay en el mundo un gran milagro, yo lo siento: toda vida es vivida." ( R. M. Rilke)

Leer es para mí una actividad vital y necesaria y, de tanto en tanto, me gusta descubrir las biografías de algún (a) apasionado (a). Entrar de puntillas en la existencia de seres que en su momento encarnaron la contradicción de una vida intensa (larga o breve, da lo mismo), sin otra brújula que la íntima exigencia de hacer "visible" el fuego que los consumía...
Hace muchos años, tal vez unos quince o dieciseis, mucho antes de que se produjera ese descubrimiento explosivo y mediático de su obra, llegó a mis manos una biografía de Frida Kahlo. Lo que más me impresionó entonces, fue esa sucesión de amor-dolor que marcó su existencia, el modo como vivió su pasión definitiva por Diego Rivera y su capacidad para exorcizar su dolor a través de la pintura. Con el pasar del tiempo he leído nuevas miradas a su universo que me han develado otras notas de su mundo interior y, sobre todo, han corroborado mi admiración por la pasión que puso en vivir.
Frida Kahlo murio el 13 de Julio de 1954. Su último cuadro lo tituló ¡Viva la vida!: unas espléndidas sandías abiertas y apetitosas...
En estos días he recordado una carta preciosa y dolorosa también que encontré en aquel libro, es una carta que habría escrito a Diego ausente...

Carta al ausente



"Mi noche es como un gran corazón que late.
Son las tres y media de la madrugada. Mi noche no tiene luna. Mi noche tiene grandes ojos que miran fijamente una luz gris que se filtra por las ventanas. Mi noche llora y la almohada se vuelve húmeda y fría. Mi noche es larga y larga y larga y parece estirarse siempre hacia un fin incierto. Mi noche me precipita hacia tu ausencia. Te busco; busco tu cuerpo inmenso a mi lado, tu respiración, tu olor...
Mi cabeza vagabundea, mis pensamientos van, vienen y se aplastan. Mi cuerpo no lo puede comprender. Mi cuerpo te desearía. Mi cuerpo, esa incertidumbre mutilada, desearía olvidarse por un momento en tu calor, mi cuerpo requiere algunas horas de serenidad. Mi noche es un corazón hecho trizas. Mi noche sabe que me gustaría mirarte, seguir con mis manos cada curva de tu cuerpo, reconocer tu rostro y acariciarlo. Mi noche me ahoga por tu ausencia. Mi noche palpita de amor. Mi noche quisiera llamarte, pero no tiene voz. Sin embargo, desearía llamarte y encontrarte y apretarse contra ti un momento y olvidar ese tiempo que mata...
Mi noche me quema de amor. Mi noche me agota. Sabe que te echo de menos y toda su oscuridad no basta para esconder esa evidencia. Esa evidencia brilla como una cuchilla en la noche. Mi noche querría tener alas que volaran hasta ti, te envolvieran en tu sueño y te devolvieran a mí. En tu sueño me sentirías cerca de ti y tus brazos me abrazarían sin que despertases...Mi noche se entristece y se pierde. Mi noche acentua mi soledad, todas mis soledades. Su silencio sólo oye mis voces interiores... Mi noche se nutre de ecos imaginarios... Mi noche desearía que estuvieras aquí para deslizarse en ti con ternura. Mi noche te espera. Mi cuerpo te espera. Mi noche quisiera que tu descansases en el hueco de mi hombro y que yo descansase en el hueco del tuyo... Mi noche te busca sin cesar. Mi cuerpo no concibe que algunas calles o cualquier geografía nos separe. Mi noche grita y desgarra sus velos, mi noche choca con su propio silencio, pero tu cuerpo permanece inencontrable...
Pronto va a amanecer."




martes, julio 18

El amor

Eros y Venus (Pintura en una muralla de Pompeya)

Cuando el amor te llame, síguelo.
Aunque su camino sea angustioso y arduo.
Y entrégate a sus alas que te envuelven.
Aunque la espada oculta en ellas te hiera.
Y cree en él,créele cuando te hable.
Aunque su voz doblegue y marchite tus sueños,
como el viento del norte marchita los jardines.
Porque así como el amor te llena de gloria,
así te crucifica.
Como te da abundancia, así te tala.
Como llega a la altura y besa tus más frágiles ramas,
las que se agitan bajo el sol,
así descenderá hasta tus raíces
y las estremecerá en su abrazo con la tierra.
Como a gavillas de trigo, el amor, te une a ti,
te reúne contigo. Te desgarra, para desnudarte.
Te depura, para despojarte de las aristas
que revisten tu imagen.
Te pulveriza para que alcances la blancura.
Te amasa, para que cuanto es dócil y flexible
en tu dureza renazca.
Y te entrega luego a su sagrado fuego,
para que seas pan sagrado en la fiesta sagrada.
Todo esto hará el amor para llevarte hacia el conocimiento de tu alma ,
y a formar parte, así, del alma de la Vida.

"El Profeta", Khalil Gibrán

¡Sálvame!

Mujer, J. C. Mestre

El resplandor cruzó mi corazón.
Junto a la sombra de un dolor recuperado
reposa el (des) amor.
Huyes de mis ojos como a la certeza de la muerte
pasos, altos muros de silencio.
Hambre antigua, noche, ansiedad secreta,
toda amor, toda ofrenda.
Nunca más arderemos, de amorosa muerte, vencidos,
no más lumbre en el jardín de invierno,
no más tigres arañando espejos.
Mi oficio será vivir resistiendo
al dolor, al deseo impenitente.
Sálvame de esta hambre atroz que me devora,
santiguame con besos inocentes.
LLévame hasta el don que no acudió a mi origen,
bendíceme con lava incandescente.
Líbrame de la voz que día y noche
me llueve el pensamiento,
y ¡mátame de muerte compartida!.

lunes, julio 17

Una mujer y un hombre


Una mujer y un hombre llevados por la vida,
una mujer y un hombre cara a cara
habitan en la noche, desbordan por sus manos
se oyen subir libres en la sombra,
sus cabezas dascansan en una bella infancia
que ellos crearon juntos,plena de sol, de luz,
una mujer y un hombre atados por sus labios
llenan la noche lenta con toda su memoria,
una mujer y un hombre másbellos en el otro
ocupan su lugar en la tierra.

Juan Gelman

domingo, julio 16

Huída


Del amor voy huyendo,
a un imposible lugar
donde la memoria se nuble.
Aspasia, Cleopátra, Lucrecia.
Del dolor, levantar vuelo,
reconstruirme


Eros y Psique, F. Gerard

Viene el amor

Utopía, J. C. Mestre

"...Viene el amor con su aguja de nieve y cipreses tatuados sobre el paisaje de otoño, viene la obstinada pasajera del amor a decirme prepárate para la muerte,
a eso viene y yo me consuelo llamándote como si estuvieras desaparecida,
y yo me consuelo llamándote como si aún existieras,
y yo me consuelo llamándote como si me hubiera soltado de tu mano y estuviera perdido,
lloraré sin ti cuando me vaya, y cuando ya no me oigas ni te vea
y cuando no te recuerde,
sentiré dolor por ti, despierto en medio del mundo, en mitad de una plaza,
al subir una cuesta,
no padeceré la melancolía de quien puede olvidarte,
no la enfermedad del que se sienta oscuro a esperar su tristeza,
yo repetiré en voz alta tu nombre, estoy vivo, puedo desobedecer,
habríamos podido amarnos, habríamos podido perecer ante las ruinas antes de separarnos,
aún nos esperarán los países, aún en las lejanas fronteras estará
la posibilidad aguardándonos,
hubiéramos atravesado el mundo hasta el lugar donde termina el mundo,
hubiéramos entrado allí donde no hay ya nada y entonces allí
el uno con el otro en la edad sin sufrimiento diluidos,
en la edad cuya vejez sólo una mujer intuye, nos hubiéramos amado,
como regresa un perro a la mano de quien lo ha golpeado
volverías tú a creer y yo volvería a creer y nada nos destruiría,
pero nuestra juventud ha estado cercada por la obligación
como la casa de los hebreos por la maledicencia
la ilusión de la vida ha sido expuesta en los mercados,
nadie ha ofrecido por nuestro pensamiento ni el interés de una duda,
sobrevivimos entre los despojos de lo ignorado,
útiles en el silencio como herramientas viejas, aún así que cuando tú me mires
se miren entre sí los que han permanecido tanto tiempo callados,
que cuando tú me hables se hablen entre sí aquellos a los que deteriora el tedio
y la placidez del fracaso, que tu cuerpo abra las rejas a mi cuerpo convicto
y seas tú quien me oiga y la que al lado de mi pensamiento
pongas la diadema de vocales de tu pensamiento...

"La Tumba de Keats", Juan Carlos Mestre

sábado, julio 15

Amor y erotismo

El Beso, G. Klimt

"...El fuego original y primordial, la sexualidad, levanta la llama roja del erotismo y ésta, a su vez sostiene y alza otra llama, azul y trémula: la del amor. Erotismo y amor: la llama doble de la vida...
...El sentimiento amoroso es una excepción dentro de esa gran excepción que es el erotismo frente a la sexualidad. Pero es una excepción que aparece en todas las sociedades y en todas las épocas. No hay pueblo ni civilización que no posea poemas, canciones, leyendas o cuentos en los que la anécdota o el argumento (el mito, en el sentido original de la palabra) no sea el encuentro de dos personas, su atracción mutua y los trabajos y penalidades que deben afrontar para unirse, la idea del encuentro exige, a su vez, dos condiciones contradictorias: la atracción que experimentan los amantes es involuntaria, nace de un magnetismo secreto y todopoderoso; al mismo tiempo, es una elección. Predestinación y elección, los poderes objetivos y los subjetivos, el destino y la libertad, se cruzan en el amor. El territorio del amor es un espacio imantado por el encuentro de dos personas..."

"La llama doble" , Octavio Paz

Ofrenda

Hespéride,
segunda de las ninfas hijas de Atlas,
con celo cuidé frutas preciosas,
flanqueada por dragón de cien cabezas.
Sólo tú, Hércules, en undécima faena,
las doradas manzanas,
en ofrenda recibiste.