domingo, abril 29

Habitante


Me habitas.
Como un pájaro,
una hiedra o un pez.
Vives en mi,
aleteándome el alma,
trepándome el sentido
y navegándome la sangre.
Soy el aire, la tierra y el mar por ti.
Me das lo que no te pido
a cambio de lo que no te doy.
Cuando estoy abandonado,
perdido y solo,
un visillo de mi interior se mueve,
una lámpara se balancea
y una puerta se bate
con una brisa circular
que revolotea por mi casa,
constantemente.
Convéncete, mujer,
eres tú,
que me habitas.
(Imagen: Mujer frente al espejo, P. Picasso)

viernes, abril 13

Nada


Después de todo, todo ha sido nada,
A pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo.
Supe que todo no era más que nada.
Grito !Todo!, y el eco dice !Nada!
Grito !Nada!, y el eco dice !Todo!
Ahora sé que la nada lo era todo,
Y todo era ceniza de la nada.
No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)
Qué más da que la nada fuera nada
Si más nada será, después de todo,
Después de tanto todo para nada.

José Hierro
(Imagen: Adán y Eva, Rafael Sanzio)

viernes, abril 6

Palabras para Julia

Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.
Hija mía, es mejor vivir
con la alegría de los hombres,
que llorar ante el muro ciego.
Te sentirás acorralada,
te sentirás perdida o sola,
tal vez querrás no haber nacido.
Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto,
que es un asunto desgraciado.
Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.
Un hombre solo, una mujer
así tomados, de uno en uno,
son como polvo, no son nada.
Pero yo cuando te hablo a ti,
cuando te escribo estas palabras,
pienso también en otros hombres.
Tu destino está en los demás,
tu futuro es tu propia vida,
tu dignidad es la de todos.
Otros esperan que resistas,
que les ayude tu alegría,
tu canción entre sus canciones.
Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.
Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.
La vida es bella, tú verás
como a pesar de los pesares
tendrás amor, tendrás amigos.
Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.
Perdóname, no sé decirte nada más,
pero tú comprende que yo aún estoy en el camino.
Y siempre siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

José Agustín Goytisolo

(Imagen: Maternidad, O. Guayasamín)