Amor y muerte
Memoria, R. Magritte

Esto que, dicho así, parece un mal chiste por lo burdo de su evidencia, es una certeza que, pese a su obviedad, rehuímos. Poco hablamos de la muerte, como de la soledad, porque les tememos y porque en un intento simplón pretendemos que callándolas podremos mantenerlas a raya...
Sin embargo, hay momentos en que la muerte parece desplegar un morboso manto de seducción...
Así como la realización del amor, en su completud máxima: el amor correspondido, logra del modo más eficiente ahuyentar a la muerte, oponiendole un poder y una fuerza semejante a la suya o, tal vez mayor, porque es un poder iluminado desde la fe: los amantes sienten que su mutuo amor los hace invulnerables, resistentes al mal (sea cual sea la forma que este pudiera adoptar). Consecuentemente, la separación, el desamor, la soledad, los vovería, otra vez, permeables a todos los males, fragiles y proclives a dejarse seducir por la muerte, como salida frente al dolor. La muerte puede llegar a representar una esperanza en medio de la desesperanza. Y, súbitamente, quedar desnuda de toda esa carga de oscuridad amenazante y destructora con que la vestimos en condiciones normales. La muerte en este escenario atrae y seduce.
En la tragedia del sueño amoroso, aparece como sublimación de un amor que ya es imposible de realizar. En el fondo, la muerte otorgaría un sentido de eternidad al amor que, por esencia y por realidad, es finito (y que suele acabar de modo prematuro para uno de los dos amantes; con demasiada frecuencia la promesa de "amarse para siempre", que surge en un momento de extasis amoroso, se rompe con dramática celeridad).
En la muerte escogida, el suicidio, el amante abandonado da la espalda a la soledad y lanza un grito impaciente desde su amor desdeñado. La agresión de no ser amado (a), se consume de modo definitivo no permitiendo que el amante/agresor se haga presente nunca más.
"Lo que hay de insensatez en el amor es que se desea acelerar y perder los días de espera. De este modo, en uno de sus aspectos, el amor coincide con la muerte". A. Camus
En la muerte escogida, el suicidio, el amante abandonado da la espalda a la soledad y lanza un grito impaciente desde su amor desdeñado. La agresión de no ser amado (a), se consume de modo definitivo no permitiendo que el amante/agresor se haga presente nunca más.
"Lo que hay de insensatez en el amor es que se desea acelerar y perder los días de espera. De este modo, en uno de sus aspectos, el amor coincide con la muerte". A. Camus
7 Comments:
Mi primera visita, no será la última.
Fuerte tu relato.
"...porque el amor
cuando no muere mata...
porque amores que matan
nunca mueren..." JOAQUIN SABINA.
yo no quiero contigo ni sin ti
La muerte, esa compañera muda
que nos envuelve.
Todo tiene un principio y un final, la muerte no tiene final!!!
Muy interesante tu post, si no te importa me lo guardo en mis carpetas.
Agradecida por tu complacencia en lirios!!
Beso
Amarse sin que los límites humanos nos engañen, sabiendo que no hay otra verdad que amarse, que no hay otra verdad que escribirse amor y convertirlo en obra cuando quiten el mar.
Amor
LA VIDA ES LA AMANTE DE LA MUERTE.
GRACIAS POR SER UN JARDIN AMBULANTE ,BUSCARE FLORES ,MARIPOSAS,LIBELULAS Y LA BELLEZA DE TU JARDIN.GRACIAS.
*Flores de alquiler,gracias por la visita y por la promesa de retorno.
Sabina sabe lo que dice.
No obstante, yo voy por el amor después del amor...
(Retribuí tu visita)
*Blue princess, (Sabina sigue en el aire)...Me empeño en aquello de:
conmigo, aunque sea sin ti.
Iré a verte.
Un abrazo.
*Glauca, allí está la clave: ¡saber que todo acaba! o, al menos, fluye, se transforma,
sobre todo el amor. No pretender
detenerlo parece que hace las cosas más sencillas.
Si te gustó el post puedes tomarlo
con mi consentimiento.
Y, ya sabes, esos lirios me han hechizado, me harán volver muchas veces.
Un beso.
*Amor, que fácil y tentador suena en tu voz. Tal vez, amándonos y escribiéndonos el amor, logremos
quitar el mar... para vivirlo.
*Carlos, me parece una deliciosa coincidencia estar leyendo-escribiendo-nos casi a un tiempo.
No sabes como me enlazas dulcemente a la vida con esa tarea
que me otorgas... ¡No puedo defraudarte!
Procuraré que las hespérides te regalemos todo lo que buscas y esperas hallar en este jardín.
Un abrazo.
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