sábado, diciembre 23

La nostalgia es un pájaro que enciende su rumor en la noche

J. C. Mestre


En una ciudad de provincia. En una ciudad con tiendas de ultramarinos y ángeles que cruzan el cielo en bicicleta. Es una tarde de domingo, a eso de la tibia luz del anochecer cuando aún no han dado las ocho.
Bajo la dulce curva de los soportales las muchachas como yedras fragantes ensueñan el melado torso de los jóvenes.
Mi memoria advierte esa dicha, el celeste vapor que los labios exhalan entre palabras secretas. Lo que recuerdo es hermoso, como el aceite que resbala de una tea encendida y fulgente se esparce sobre los cuerpos desnudos, sobre el súbito mármol de los amantes dormidos.
Lo que borda la ternura sobre los valles del Bierzo, lo que lentamente abolido aún palpita como un rubí en el melodioso pico de los pájaros. Así os he sentido, libres y gozosos días donde viví cansado por la luz, radiante, estremecido, hijo de la tristeza y los relámpagos.
En una ciudad de provincia. En una ciudad con escaparates y jardines y trenes silenciosos. En una oscuridad amenazada por el muro cinerario de la aurora.
El otoño era bello, nuestros pensamientos tenían la sonrisa del niño que se baña en el río. Como nacidos del puente o de la torre, como la piedra, despacio, el deseo de la aventura fue huyendo de nosotros, como la albahaca de los oteros de junio, como el jaspe que lanzado por la honda silba brillante hacia los cielos.
Llueve, esa gente que soy y que conozco ha salido a la calle, al céfiro suave de los dialectos del monte. La noche ha puesto lámparas apagadas en los nidos vacíos, solitarios pastores en las tristes cañadas del otoño.
Ya lo sabéis, como esa postal borrada por el sol que guarda en su zurrón un cartero celoso.

Juan Carlos Mestre

viernes, diciembre 15

Los labios impacientes

Godward

Los labios impacientes de la noche te sanan mientras abren
el olor de la piedra
te conducen si acosan el alma de la piedra
si el tierno corazón mineral beben
es tu hora es la noche
así, dirás que te han robado como un vino novicio
y te harás piedra aguda como un líquido agudo
limpia como opio de oro
y serás tregua tuya
y alianza así,
dirás que la que es contigo y lleva un aire desigual a
balanza entre estrellas
la idéntica más favorable
tu obra nocturna rara
es la que muestra sonrisa y griterío
palabras como estrellas
y escucha un piano terso como una estrella, estrellas.
Blanca Andreu

domingo, diciembre 10

Sueño hermanos

O. Guayasamin, El Grito (1)

A los muertos en la dictadura chilena

Dejadme ser ese árbol,
ese río de agua dulce,
esa planta verde,
esa piedra dura,ese brote de alegría,
esa verdad pensada,
ese cerco a la razón,
esa esperanza angosta,
ese verano del sur,
esa noche de estrellas,
ese abrazo cierto,
ese hombre Hombre,
ese padre que espera,
esa madre que llora,
esa paz de vuestro espíritu.
Dejadme al menos que lo sueñe,
hermanos encontrados en el tiempo.
Rafael P.T.
(Santiago de Chile, 2 de Febrero de 2006)