Incitación

días de la niñez. Perdámonos inermes
por los intensos vértigos de la piel insabida.
Confundidos al no encontrar los nombres
para tanto esplendor, inventaremos fórmulas
de un idioma secreto, como antes.
Extraviémonos por la gran pesadilla
de la noche. En los negros pasillos
del horror insistamos hasta que el fiel desmayo
-dobladas las rodillas- nos soccorra.
Ven. Miremos por toda bocacalle
que encierre algo prohibido,
gravemente materno mariposas vidriadas,
pisoteemos seda, desgarremos la gasa,
que nubla las magnolias,
y la desobediencia sea privilegio nuestro.
Ana Rossetti
(Imagen: Paraíso, El Bosco)